Cigalas

Las Cigalas o Langostinos, como mejor se conocen en Galicia, son crustáceos que habitan especialmente en aguas atlánticas y mediterránea pero pueden vivir en todo tipo de mares y océanos, puesto que se adaptan a distintas situaciones; y según la especie de la que se trata se encontrarán más en una zona o en otra.

Debido a esta cualidad de adaptarse a diversos ambientes, las cigalas o langostinos son conocidos en todas partes del mundo y están presentes en casi todos los platillos que son preparados con mariscos.

La cigala se halla a unos 100 metros de profundidad por debajo del mar, relativamente próximos a las costas, en las zonas con arena, cerca de playas y también cerca de las desembocaduras de los ríos, donde las corrientes de agua cambian.

La cigala es denominada dependiendo de la zona donde provenga y una de las más conocidas en España es la cigala de Marín, que es el puerto donde se descarga los mejores ejemplares de este marisco.

A la hora de comprar cigalas debemos cerciorarnos de que estas son de buena calidad y para saber esto es importante observar su color, si estas tienen color intenso y mayor tamaño, se encuentran en óptimas condiciones para ser parte de un delicioso platillo.

La forma más frecuente de preparar las cigalas es hervida o abierta a la plancha, la primera manera nos permite degustar el fuerte sabor a mar de este crustáceo, siguiendo una vez más las pautas de la cocina tradicional tan característica de Galicia de conservar, en la medida de lo posible, el sabor original de sus productos de mar, que son tan reconocidos en todo el mundo.

Centolla gallega

La centolla o centollo gallego es ampliamente conocido en España y el resto del mundo, así como también, muy apreciada en todos los hogares de la región por ser compañera inseparable de la mesa ibérica.

La zona donde predomina La Centolla gallega es en las Rías Baixa, aunque también es muy famosa la que se consigue en O Grove, zona localizada en la parte occidental de la comarca del Salnés, provincia de Pontevedra.

La hembra de la centolla es más cotizada que el macho, o centollo, pero ambos son de muy buena calidad y de un sabor inigualable; y de hecho, algunos expertos consideran que el centollo es un poco mejor porque tiene más sabor, sobre todo en la parte de las pinzas.

La centolla gallega se reconoce por su caparazón rojo intenso, asimismo está cubierto de pequeñas algas, moluscos y vellosidades y sus patas son largas y afiladas.

Si se desea comprar centollo la mejor época para hacerlo es en otoño, entre septiembre y octubre y tienes la opción de adquirirlo crudo o cocido.

Al adquirir centolla gallega también es necesario tener en cuenta ciertas características que distinguen a una de buena calidad de una que no la tiene y para ello se debe observar una especie de apéndice que tiene en la parte trasera.

Si se presiona con el pulgar el apéndice de la centolla y este permanece rígido, se puede comprar con tranquilidad puesto que está en muy buen estado.

Asimismo, se debe prestar atención a una vena que la centolla tiene en su apéndice que debe estar transparente, con unas tonalidades blancas-amarillentas y normalmente hinchada al igual que la zona que la rodea, desconfía de una centolla con la vena oscura o negra en su totalidad.

La carne de la centolla o centollo, es un ingrediente indispensable en gran cantidad de recetas: ensaladas, salpicón, como relleno de pimientos o croquetas, en pasteles o en recetas generalmente con salsas cremosas tipo bechamel.

Tres especies de almeja reinas de los platos gallegos

En Galicia hay tres tipos de almejas que son propios del lugar, la fina, la babosa y la rubia, y aunque las tres tienen un sabor exquisito, las dos primeras son las que más se cotizan en el mercado. Sin embargo, es la Almeja Fina la que alcanza el precio más alto, debido a que permanece viva más tiempo luego de que es sacada del agua y su carne se conserva más fresca, por ende, es de calidad y aspecto más apetecible.

Estos tres tipos de especie de almejas son de gran importancia para la gastronomía gallega, puesto que dan el toque regional a cada plato de la zona.

La almeja fina se deferencia de las otras almejas porque sus valvas son de color uniforme, entre marrón y blanco, dependiendo de la arena donde se críe; así como también, en su concha podemos distinguir unas líneas en forma de radios que forman sus cuadraditos característicos.

Esta Almeja habita en la zona intermareal, llegándose a enterrar entre 15 y 30 centímetros en la arena.

Por su parte, la Almeja Babosa se aproxima en calidad a la Fina, pero el problema de ella es que no se conserva viva por mucho tiempo luego de que es sacada del agua, razón por la que debe ser consumida casi de inmediato y se hace difícil su exportación.

Se diferencia del resto porque es más alargada y su apariencia más homogénea, y al realizar el marisqueo estas se obtienen con el raño desde pequeñas embarcaciones cerca de la costa, o a pie con los útiles necesarios.

Por último, la Almeja Rubia, aunque es muy sabrosa y popular, es la que menos se cotiza de las tres y se diferencia por su color rojizo o morado y por su concha, más lisa y brillante que las otras especies.

Estas almejas son compañeras entrañables de los platos gallegos y se pueden preparar al vapor, a la marinera, con arroz, en sopas de pescados o guisos, a la plancha.

La almeja fina y la babosa se pueden consumir en crudo, con limón. También combinan muy bien con arroces, fideos, habas y con cualquier guiso de pescado.

Rape negro

Rape es el nombre que se le da a unos 265 peces marinos emparentados que pertenecen a la familia de pertenecen a la familia de los Lófidos, pero los más conocidos de todos estos son el rape blanco y el rape negro, que también se denomina rape rojizo.

El rape más común en España es el blanco porque es más fácil de encontrar en las aguas de la nación ibérica. Esta especie puede alcanzar los dos metros de longitud y también habita las aguas del Atlántico, así como en las de los mares Negro y Mediterráneo.

Pese a la popularidad del Rape blanco, el que es más valorado por la calidad de su carne y su sabor, es el Rape negro, que es de menor tamaño y más difícil de hallar.

El cuerpo del Rape negro, al igual que el resto de sus familiares, parece un cono, muy ancho en la parte de la cabeza y la cola termina en pico y luego de que esta es limpiada suele alcanzar el 50 por ciento del peso total del pez.

El Rape negro habita en el fondo de los océanos, y se pueden encontrar a  más de 500 metro de profundidad; no obstante, en el litoral se suelen pescar a unos 100 o 200 metros.

La alimentación  del  Rape se basa en crustáceos y peces pequeños y para hacerlo este pez  mueve su pectoral  sobre la arena,  para escarbar y camuflarse en el entorno arenoso.

Lo bueno de comprar Rape es que se puede conseguir durante todo el año y los precios no suelen ser tan altos, aunque el costo del Rape negro es posiblemente  más elevado, debido a que es más buscado por su carne más suave y sabrosa.

Merluza de pincho

La merluza es el segundo pescado más consumido en el mundo después del bacalao y es uno de los más sabrosos que existen, razón por la que es un invitado imprescindible es las mesas españolas.

Al hablar de merluza es necesario mencionar las cuatro variedades que existen: de arrastre, de volanta, de palangre y por último, está la más valorada que es la merluza de pincho.

La merluza de arrastre, que es el tipo de pesca menos recomendable por lo agresiva y dañina que es para el ecosistema; luego está la merluza de palangre, tipo de captura que consiste en extender una línea (normalmente de plástico) de la cual penden multitud de anzuelos con diferentes tamaños en función de la especie que se desea atrapar.

También se consigue la merluza de volanta, que consiste en fijar y extender una gran malla al fondo marino formando una barrera en la que los peces quedarán atrapados por enmalle o simplemente enganchados a la malla.

Por último, la merluza de pincho es la más cotizada en el mercado debido a que este método de captura es muy artesanal y ecológico y favorece a la calidad y el sabor del pescado.

La merluza de pincho se captura una a una, con anzuelo y no recibe ningún golpe mientras es atrapada, ni es rozada contra mallas, redes ni contra otros peces.

Esta técnica de pesca puede resultar laboriosa pero garantiza que la merluza no sufra descamación, la pigmentación se mantenga intacta, y la firmeza de su carne se preserve de manera inigualable.

A la hora de comprar merluza, la de pincho es sin duda la más recomendable, aunque deberá pagar un precio más alto por ella, pero la calidad del producto compensa el costo, además de que es bueno pensar que se está colaborando con el ecosistema.